La beta alanina es un aminoácido no esencial que necesitamos incluir en la alimentación. Nuestro cuerpo no utiliza este aminoácido para sintetizar proteínas, sin embargo, sí tiene un papel principal junto con la histidina en la formación de carnosina. Esta última contribuye a evitar la fatiga muscular y reduce la acumulación de ácido láctico en los músculos. Por tanto, podemos decir que es muy útil para mejorar el rendimiento deportivo.
La función principal de la beta alanina está ligada a la carnosina. Es un dipéptido, es decir, que está formado por dos aminoácidos como son la L-histidina y la propia beta alanina. La primera es más abundante que la segunda en el organismo. Esto quiere decir que, si hay una limitación de la producción de carnosina, puede ser debido a una baja cantidad de beta alanina en tu cuerpo.
Entre sus funciones, cabe destacar la propiedad que tiene como antioxidante y, también, la acción que ejerce en los procesos de memoria y aprendizaje. Según la publicación de aula médica, su impacto en el deporte también alcanza otras cotas, pues mejoran la sensibilidad al calcio en las fibras musculares y regulan el pH.
La dosis habitual se sitúa entre 2.5 y 5 gramos diarios, lo que sería media cuchara medidora, aunque todo depende de las características físicas y biológicas de cada persona.
Tras el primer día, no apreciarás resultados contundentes, pero un uso regular te permitirá disfrutar de todos sus beneficios. Estos no solo se centran en tener menos fatiga y más energía para realizar actividades físicas. También podrás notar mejoras en la piel y efectos rejuvenecedores.